viernes, 19 de octubre de 2007

Un lougar para la terapia con GOMAESPUMA

Hay muchas formas de terapia para resolver conflictos psicológicos o emocionales. Una de ellas es el sexo (W. Reich dixit) y quizás la más efectiva. Si en estos momentos esta forma de terapia no podéis ponerla en práctica, os propongo una muy breve y placentera capaz de inhibir el trastorno distímico. Pulsa play en los dos videos que aparecen a continuación..... ¿os encontráis mejor...?.
El primer video me lo dedico, a mí, mismamente. Es muy saludable reirse mucho, también de uno mismo. El segundo, para todos aquellos que no encuentran un método eficaz para aprender inglés, porque, sin duda, éste es el suyo.
Un saludo para quienes ojean, pasean, chocan, navegan por este caos de blog.

martes, 16 de octubre de 2007

EL JUGADOR GENEROSO. (Baudelaire)





....Ayer, en medio de la multitud del bulevar, sentí que me rozaba un ser misterioso que siempre había deseado conocer y al que reconocí en seguida, aunque no le había visto nunca. Él debía desear lo mismo respecto a mí porque al pasar, me guiñó el ojo de manera significativa en una invitación a la que me apresuré a corresponder. Le seguí con atención, y al cabo de poco tiempo bajaba trás él a una mansión subterránea, deslumbrante, donde se manifestaba un lujo al que no se acerca ninguna de las casas superiores de París. Me resultó extraño haber podido pasar tantas veces al lado de la entrada de esta guarida sin verla. Allí reinaba un ambiente delicioso, aunque embriagador, que hacía olvidar de inmediato todos los fastidiosos horrores de la vida; se respiraba una sombría beatitud, semejante a la que experimentaron los comedores de lotos cuando, al desembarcar en una isla encantada, iluminada por la luz de un eterno atardecer, sintieron nacer en ellos, al son adormecedor de las melodiosas cascadas, el deseo de no volver a ver nunca sus lares, sus mujeres, sus hijos, y de no volver a viajar por el alto oleaje del mar.
....Allí había extraños rostros de hombres y mujeres, marcados por una belleza fatal que me parecía haber visto ya en unas épocas y países que no conseguía recordar exactamente y que, más bien, me inspiraban una simpatía fraternal que aquel temor que suele nacer cuando se contempla lo desconocido. Si quisiera tratar de definir de alguna manera la singular expresión de sus miradas, diría que nunca vi brillar ojos tan enérgicamente por el horror del tedio y las inmortales ganas de sentirse vivir.
....Al sentarnos, mi huésped y yo, ya éramos viejos y perfectos amigos. Comimos, bebimos más de la cuenta toda suerte de vinos extraordinarios y, detalle no menos extraordinario, al cabo de varias hora, me parecía que no estaba más ebrio que él. Sin embargo, el juego, placer sobrehumano, había interrumpido en varias ocasiones nuestras frecuentes libaciones y debo decir que había juagado y perdido mi alma en una apuesta, con una displicencia y una ligereza heroicas. El alma es algo tan impalpable, tantas veces inútil y en ocasiones tan molesto,que, en lo que atañe a esta pérdida, no sentía más emoción que si hubiese perdido mi tarjeta de visita durante un paseo.
....Durante largo rato estuvimos fumando algunos puros, cuyo sabor y aromas incomparables inspiraban al alma la nostalgia de países y dichas desconocidos y, ebrios de todas estas delicias, me atreví, en un arrebato de familiaridad que no pareció resultarle desagradable, a exclamar cogiendo una copa llena hasta el borde "¡A tu salud, viejo Cabrón!".
....Charlamos también de universo, de su creación y de su futura destrucción; de la gran idea del siglo, es decir, del progreso y de la perfectibilidad y, de una manera general, de todas las formas el engreimiento humano. Sobre este tema, su Alteza no paraba de contar bromas ligeras e irrefutables, y se expresaba con una flexibilidad de dicción y una serenidad en lo cómico que no encontré en ninguno de los más famosos conversadores de la humanidad.Me explicó la absurdidad de las diversas filosofías que, hasta el momento, se habían adeuñado del cerebro humano e incluso se dignó decirme confidencialmente algunos principios fundamentales cuyo beneficio no me conviene compartir con nadie. No se quejó en modo alguno de la mala fama que tiene en todo el mundo, se aseguró que era la persona que más interés tenía en la destrucción de la superstición, y me confesó que no había temido por su poder personal más que una vez, el día en que había oído a un predicador, más sutil que sus colegas, exclamar desde el púlpito: "Queridos hermanos, cuando oigan pregonar el progreso de las luces, ¡no olviden que la mejor astucia del diablo consiste en convencerles de que no existe!".
....El recuerdo de este célebre orador nos llevó naturalmente al tema de las academias y mi extraño huésped me afirmó que no le repugnaba, en más de una ocasión, inspirar la pluma, la palabra y la conciencia de los pedagogos, y que presenciaba casi siempre, aunque permanecía invisible, las sesiones académicas.
....Animado por tantas bondades, le pedí noticias de Dios, y le pregunté si lo había visto recientemente. Me contestó con displicencia matizada de cierta tristeza: "Nos saludamos cuando nos encontramos, pero como dos viejos gentilhombres en quienes la cortesía innata no consigue borrar del todo el recuerdo de antiguas diferencias".
....Es poco probable que su Alteza haya concedido nunca una larga audiencia a un simple mortal y temía abusar.
....Por fin, como la trémula alba coloreaba las ventanas, el famoso personaje, celebrado por tantos poetas y servido por tantos filósofos que contribuyen a su mayor gloria sin saberlo, me dijo: "Quiero que conserve un buen recuerdo de mí, quiero demostrarle que Yo, de quien a veces dicen tantas cosa malas, soy de vez en cuando un buen diablo, para utilizar una de sus expresiones vulgares. Para compensar la irremediable pérdida de su alma, le daré lo que hubiese ganado si la muerte le hubiese favorecido, es decir, la posibilidad de vencer, durante toda su vida, esta rara dolencia del Tedio, que es la fuente de todas sus enfermedades y de todos sus despreciables progresos. No formulará nunca un deseo sin que yo le ayude a realizarlo; reinará sobre sus semejantes vulgares; no le faltarán loanzas e incluso adoradores; el dinero, el oro, los diamantes, los palacios de ensueño, le vendrán a buscar y le suplicarán que los acepte, sin que haya hecho ni un solo esfuerzo para ganarlos; cambiará de patria y de país tantas veces como su fantasía se lo ordene; se embriagará con voluptuosidades, sin hastiarse nunca, en países encantadores donde siempre hace calor y donde las mujeres huelen tan bien como las flores; -et coetera, et coetera..."- añadió levantándose y despidiéndome con una amable sonrisa.
....Si no hubiese sido por temor a humillarme ante tan numerosa asamblea, a gusto hubiese caído a los pies de este jugador generoso para agradecerle su inaudita esplendidez.
....Pero poco a poco, después de dejarle, la incurable desconfianza se fue deslizando en mi corazón; ya no me atrevía a creer en tan prodigiosa dicha, y al acostarme, volviendo a decir mis oraciones en un resto de estúpida costumbre, iba repitiendo entre despierto y dormido: "¡Dios mío! ¡Señor Dios mío! ¡Haz que el demonio cumpla con su palabra!.

domingo, 14 de octubre de 2007

Groucho Marx vs Bill Cosby

Un buen amigo me envió, hace unos días, un emilio con el enlace que ahora comparto con quienes pasean por este blog. Desde aquí le agradezco los tres deliciosos minutos que he pasado con este genio de la comedia. Muchas gracias. Espero que también otros lo disfruten tanto como yo.

domingo, 7 de octubre de 2007

MORPHINE Lyrics - SUPER SEX

MORPHINE Lyrics - SUPER SEX:



"(Sandman)
Taxi taxi hotel hotel
I got the whiskey baby
I got the whiskey I got the cigarettes
Automatic taxi stop
Electric cigarette love baby
Hotel rock'n'roll the discoteque
Electric super sex
Automatic taxi stop
Electric cigarette love baby
Hotel rock'n'roll the discoteque
Electric super sex
I got the whiskey baby I got the whiskey
I got the cigarettes
You are a super ultra
maxi Mega super funkie
love baby
Oh I need a super star
I need a candy bar
Automatic taxi stop
Electric cigarette love baby
Hotel rock'n'roll the discoteque
Electric super sex
Automatic taxi stop
Electric cigarette love baby
Hotel rock'n'roll the discoteque
Electric super sex
You want a super ultra
maxi funkie American
Love baby
Hey there mama hey there pa
Got sexy googoo baby talk
Got california baby dolls
All right yes hello my name is Mark
And I'm super rich no super star
Did you know the president is
super super super sexy
Automatic taxi stop
Electric cigarette love baby
Hotel rock'n'roll the discoteque
Electric super sex
Did you know the president has
super super super sex
Ah wooh uh
I got it all year long ha ha"

Morphine. Super sex

miércoles, 3 de octubre de 2007

Un poema de Julieta Valero

Galicia- agosto-otra mujer



En estos días de verano
una mujer discontinua, pariente de olas y sórdidos menajes.
En este verano plagado de días para los que no tengo alimento
una mujer arrasada y sinembargo.

Y me mira, me mira enseñando el sistema nervioso,
a mí, sólo a mí que me pongo hermosa de privilegio;
se abre la camisa y tiene dos llagas para mí,
que me revelo deseable como un desarraigo
e ingreso en la vida azarosa de los espías.

Una mujer arrasada y aún es tiempo.

Y en mí conoce al fin puente y calidez.

"Trabaja con las manos"-alguien dice-.
"Se le cayó el alma en un descuido y
la saca los domingos de paseo"
-susurran sus órganos, todos con fiebre-.
y yo sé más de lo que debiera
escuchando su cuerpo de último esfuerzo por todo:
su cuerpo brotado a destiempo en un bosque
de árboles esbeltos como niñas
("todas eran más guapas" -admitía su madre-).

Hoy son muchos los hombres y mujeres que corren a escuchar
lo que canta su desnudo.

¡Oh tierra que pace once meses bajo el agua!
¡Oh cuerpo hermano al borde del abismo!
Dadme plaza en este mes que a todos los ojos convoca.

La casa que habitamos apenas ha notado un susurro.
Los árboles de ahí fuera nos distan con jurásica piedad.

Se irán las diminutas clavículas de mi perro, que sostienen su tanto,
te llorarán los pechos con pena cada día más blanda.
Y me muero, me estoy muriendo en el sol,
me estoy muriendo de una pequeña dimensión
porque toco la vida y es tan frágil que me enferma.
Me muero de pena por todo lo innombrdo
esa mujer y su puente hacia mi rostro.

Una fina corriente arrastra pronto el luto.
Soy desleal tal cual tomo aliento.

Viene mi amante, entran los días; yo diré si me tocan.
Bajo al comedor y ya te estás diluyendo, no nos hemos sucedido.
Silencio. Nuevos visitantes.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Evolución del trabajo. -Un relato de Héctor Álvarez Murena -.

HÉCTOR ÁLVAREZ MURENA (1923-1975)
Este poeta, dramaturgo y novelista fue un gran conocedor de la realidad argentina a la que criticó con pesimismo. Trabajó como gerente de la editorial Sur y fue colaborador del diario La Nación tras realizar estudios de ingeniería y filosofía. Con fama de huraño y trato difícil veía la vida con una sensibilidad tan poco frecuente como entendible. A los 52 años su cuerpo sin vida se halló en su cuarto de baño, acompañado de un número considerable de botellas de vino.
Su propia mujer le dedicó la siguiente nota necrológica: "personaje absurdo, casi fuera de nuestra época, interesado por las ciencias esotéricas, dotado de una memoria prodigiosa y de una extraordinaria cultura. Por señales para otros inadvertidas logra captar la realidad que lo circunda con admirable exactitud".



LA EVOLUCIÓN DEL TRABAJO

Las técnicas de trabajo oficinesco concluyeron por simplificarse radicalmente.
....En cualquiera de las múltiples empresas la labor comenzaba con la entrega de una pértiga de hierro a cada empleado. La longitud de tales instrumentos difería entre uno y seis metros, pero todos se hallaban rematados por un filoso gancho. Pértiga en mano, los trabajadores pasaban al recinto que tenían asignado: a veces era de proporciones corrientes; otras, muy extenso y de techo incómodamente bajo; otras, alto de diez metros, pero estrechos en exceso. No resultaba infrecuente que a empleados con pértigas de cinco metros se les indicase un recinto con tres de alto. Pero esto no constituía una norma; era sólo consecuencia del principio de que no había que tomar nada como garantía de nada. De igual suerte, pese a que cada uno era sometido a minuciosa revisión médica, no extrañaba que al cardíaco se le encomendasen las tareas más pesadas, y viceversa. Y como había recintos que reproducían el sofocante calor de los trópicos, podían pasar a ellos sin transición individuos procedentes de divisiones con temperaturas polares, etc.
.... Pero nadie veía ya en ello crueldad o desidia, sino, por el contrario, el deseo de permitir que se manifestase libremente ese azar que rige la vida y templa a los hombres. En su recinto, cada trabajador contaba con un puesto fijo, que no podía cambiar salvo con órdenes expresas. Los puestos no estaban sólo en tierra: los había también en el aire, en pequeñas plataformas colgantes, a alturas diversas.
.... El personal ubicado, comenzaba la tarea. Consistía en tomar objetos de una pila y formar con ellos otra. La tarea se cumplía mediante las pértigas y, si bien hubiera podido suponerse que la misión de quienes estaban en lo alto radicaba en vigilar, en verdad todos trabajaban. Los objetos eran atrapados con la pértiga, pero tal operación debía ejecutarse con cautela, pues cierta variedad de ellos consistía en pequeñas sacas de aserrín, el cual, al escurrirse por los tajos, hacía que los objetos resultasen después prácticamente inaferrables. Por lo demás, en teoría, no existían razones para que el trabajo se interrumpiese, dado que una vez que se levantaba una pila se podía deshacer para alzar otra. Sin embargo, tampoco había reglas que dispusieran que la tarea fuese continuada. De hecho, no se interrumpía más que cuando se detenían todos, pues había que cuidarse de las pértigas de los otros, contra los cuales la única defensa era el movimiento de la propia pértiga.
.... Si el trabajo se interrumpía, los empleados por lo común descansaban, pero en ocasiones solían entregarse al juego de dados y a vaces también entonaban himnos con voz atronadora. La oscilación de una pértiga bastaba para acabar con el recreo.
.... Naturalmente, se producía cada día cierto número de heridos, de gravedad variable, no sólo porque ello era inevitable en una labor con tales instrumentos, sino también porque el traslado de objetos era utilizado sin más para atacar a alguien. Pues aunque su puesto vacante no significaba para nadie la certidumbre de ser llamado para llenarlo (situación que tampoco hubiese deparado ventajas), se consideraba que toda disminución del número de personas en un recinto representaba mayor seguridad.
.... Los más atacados,fuera de duda, eran los que se hallaban arriba, en los puestos colgantes, a quienes supersticiosamente se les atribuía una condición de superioridad.Y como caer equivalía a perder el lugar, éstos se defendían con apasionamiento conmovedor de esa desgracia.
.... Yo he visto a uno de ellos, a unos tres metros de altura, con una pértiga que le entraba por la espalda y le salía por el pecho, manando sangre, pero aferrándose aún a su plataforma: daba grandes gritos, aunque apenas se oían debido a la música funcional que acompañaba siempre las tareas.
.... El número de bajas, por otro lado,no podía preocupar a las empresa, porque el trabajo verdadero era cumplido por una máquina pequeña, del tamaño de una caja de zapatos, que no requerías supervisiones ni se descomponía jamás.





(Nota biográfica y relato extraídos de Suicidas - Antología- publicado por narrativa Opera Prima).

jueves, 30 de agosto de 2007

ANTONIN ARTAUD ( escritos)










LA TARA TÓXICA

Evoco el mordisco de inexistencia y de imperceptibles cohabitaciones. Venid, psiquiatras, os llamo a la cabecera de este hombre abotagado pero que todavía respira. Reunios con vuestros equipos de abominables mercaderías en torno de ese cuerpo extendido cuan largo es y acostado sobre vuestros sarcasmos. No tiene salvación, os digo que está INTOXICADO, y harto de vuestros derrumbamientos de barreras, de vuestros fantasmas vacíos, de vuestros gorjeos de desollados
. Está harto. Pisotead, pues, ese cuerpo vacío, ese cuerpo transparente que ha
desafiado lo prohibido. Está MUERTO. Ha atravesado aquel infierno que le prometíais más allá de la licuefacción ósea, y de una extraña liberación espiritual que significaba para vosotros el mayor de todos los peligros. ¡Y he aquí que una maraña de nervios lo domina!
Ah medicina, aquí tenéis al hombre que ha TOCADO el peligro. Has triunfado, psiquiatra, has TRIUNFADO, pero él te sobrepasa. El hormigueo del sueño irrita sus miembros embotados. Un conjunto de voluntades adversas lo afloja, elevándose en él como bruscas murallas. El ciclo se derrumba estrepitosamente. ¿Qué siente? Ha dejado atrás el sentimiento de sí mismo. Se te escapa por miles y miles de aberturas. Crees haberlo atrapado y es libre. No te pertenece.No te pertenece.
DENOMINACIÓN. ¿Hacia dónde apunta tu pobre sensibilidad? ¿A devolverlo a las manos de su madre, a convertirlo en el canal, en el desaguadero de la más ínfima confra'ternidad mental posible, del común denominador consciente más pequeño?
Puedes estar tranquilo: ÉL ES CONSCIENTE.
Pero es el Consciente Máximo.
Pero es el pedestal de un soplo que agobia tu cráneo de torpe demente pues él ha ganado por lo menos el hecho de haber derribado la Demencia. Y ahora, legiblemente, conscientemente, claramente, universalmente, ella sopla sobre tu castillo de mezquino delirio, te señala, temblorcillo atemorizado que retrocede delante de la Vida-Plena.
Pues flotar merced a miembros grandilocuentes, merced a gruesas manos de nadador, tener un corazón cuya claridades la medida del miedo, percibir la eternidad de un zumbido de insecto sobre el entarimado, entrever las mil y una comezones de la soledad nocturna, el perdón de hallarse abandonado, golpear contra murallas sin fin una cabeza que se entreabre y se rompe en llanto, extender sobre una mesa temblorosa un sexo inutilizable y completamente falseado,
surgir al fin, surgir con la más temible de las cabezas frente a las mil abruptas rupturas de una existencia sin arraigo; vaciar por un lado la existencia y por el otro retomar el vacío de una libertad cristalina.
En el fondo, pues, de ese verbalismo tóxico, está el espasmo flotante de un cuerpo libre, de un cuerpo que retorna a sus orígenes, pues está clara la muralla de muerte cortada al ras y volcada. Porque así procede la muerte, mediante el hilo de una
angustia que el cuerpo no puede dejar de atravesar. La muralla bullente de la angustia exige primero un atroz encogimiento, un abandono primero de los órganos tal como puede soñarlo la desolación de un niño. A esa reunión de padres sube en un sueño la memoria, rostros de abuelos olvidados. Toda una reunión de razas humanas a las que pertenecen estos y los 0tros.
Primera aclaración de una rabia tóxica.
He aquí el extraño resplandor de los tóxicos que aplasta el espacio siniestramente familiar.En la palpitación de la noche solitaria, aquí está ese rumor de hormigas que producen los descubrimientos, las revelaciones, las apariciones, aquí están esos grandes cuerpos varados que recobran viento y vuelo, aquí está el inmenso zarandeo de la Supervivencia. A esa convocatoria de cadáveres, el estupefaciente llega con su rostro sanioso. Disposiciones inmemoriales comienzan. La muerte tiene al principio el rostro de lo que no pudo ser. Una desolación soberana da la clave a esa multitud de sueños que sólo piden despertar. ¿Qué decís vosotros?
¡Y todavía pretendéis negar a importancia de esos Reinos, por los cuales apenas comienzo a marchar!



Publicado en "La Révolution Surréaliste", N° 11 (1928)Versión de Aldo Pellegrini

domingo, 26 de agosto de 2007

NIALL BINNS: (Poema)

: "En mi ropa en la manta en el sofá hay pelos
tuyos que se enredan sigilosos
atándome los pies, desatando los recuerdos
Los rastreo y recojo
y los he ido anudando
uno por uno, para hacerte un collar
que me sirva, de paso, como soga
Lo ataré de noche a la bombilla del salón
subiré a una silla,
y después de meterme la cabeza, y proferir
las palabras de sobra conocidas
daré una leve patada, y veré entonces
si son débiles los lazos de nuestro amor


(poema tomado de su libro Canciones bajo el muérdago. Editorial Estruendomudo. 2003) "

lunes, 6 de agosto de 2007

poema de Salvador Rodrigo Cuevas

TRAZO ACCI-DENTAL


Trozos de cristal opaco
a modo de espejo
afilando la imagen de una guillotina.

Alrededor, un polvo frío
calima blancuzca del edema amoroso.
No existe pecho que contenga el flujo
del líquido inflamado.

(Yo he visto tu órgano generoso
bombeando regalos,
y granos de arena en el desierto).

Negro, verde
en blanco así como ando
me visitan los absurdos
y los miedos.

Medito acerca de los lugares y sus accesos.
Contengo la respiración, un logro
Permeable: reciclo, recibo, resuelvo,
un flujo
un corte en el delirio.

El delirio con hematomas. La sangre
que no debe salir

Tanto miedo, por la extinción de las ballenas
por los estornillos de Bali.....
por tu mascota bella que también yo amo

Tantos tantos tantos tantos
atrapados en sus condiciones de muerte

Muchos, en el hombre
en tantas condiciones atrapados
tantos con miedo.

Y yo, egoísta, egoautista, baladí
te escribo,
me escribo en el falso nombre
como si algo pudiera; nada
hago

Igual me arrojo en el vacío,
armas no tengo

Igual la fiebre enciende la ventana en la
salida.

Igual la nieve inflama un flujo lento
que la muerte misma huye.

Frío como estoy
en el polvo
de la mañana
blanca
noche
llena
de absurdas
impotencias.


La Culpa la inventó Occidente.



.

domingo, 5 de agosto de 2007

Un poco de humor



ANTONIN ARTAUD. Noche



Los mostradores del cinc pasan por las cloacas
la lluvia vuelve a ascender hasta la luna;
en la avenida una ventana
nos revela una mujer desnuda.

En los odres de las sábanas hinchadas
en los que respira la noche entera
el poeta siente que sus cabellos
crecen y se multiplican.

El rostro obtuso de los techos
contempla los cuerpos extendidos.
Entre el suelo y los pavimentos
la vida es una pitanza profunda.

Poeta, lo que te preocupa
nada tiene que ver con la luna;
la lluvia es fresca,
el vientre está bien.

Mira como se llenan los vasos
en los mostradores de la tierra
la vida está vacía,
la cabeza está lejos.

En alguna parte un poeta piensa
No tenemos necesidad de la luna,
la cabeza es grande,
el mundo está atestado

En cada aposento
el mundo tiembla,
la vida engendra algo
que asciende hacia los techos.

Un mazo de cartas flota en el aire
alrededor de los vasos;
humo de vinos, humo de vasos
y de las pipas de la tarde.

En el ángulo oblicuo de los techos
de todos los aposentos que tiemblan
se acumulan los humos marinos
de los sueños mal construidos.

Porque aquí se cuestiona la Vida
y el vientre del pensamiento;
las botellas chocan los cráneos
de la asamblea aeréa.

El Verbo brota del sueño
como una flor o como un vaso
lleno de formas y de humos.

El vaso y el vientre chocan:
la vida es clara
en los cráneos vitrificados.

El aerópago ardiente de los poetas
se congrega alrededor del tapete verde,
el vacío gira.

La vida pasa por el pensamiento
del poeta melenudo


- De "Oeuvres Completes" (tome I).
Versión de Aldo Pellegrini -

HR GIGER (en este lougar confuso)

























poemas de Carlos Edmundo de Ory

DAME

Dame algo más que silencio o dulzura
Algo que tengas y no sepas
No quiero regalos exquisitos
Dame una piedra

No te quedes quieto mirándome
como si quisieras decirme
que hay demasiadas cosas mudas
debajo de lo que se dice

Dame algo lento y delgado
como un cuchillo por la espalda
Y si no tienes nada que darme
¡dame todo lo que te falta!




HYPOCRITE LECTEUR


Abre hermano la puerta de este libro
alza la tapa de este baúl
que tienes cerca de tu mano morfinómana.

Suspira con educación
quita la mano de la oreja
lee despacio mi alud de cuentos de hadas
que has abierto un baúl de hechicería.

Respira en la pocilga de mi música
los violines en polvo
llora conmigo al recitar mis penas
mis cadenas mis venas mis antenas

mis pañuelos planchados con mis pies
y sabrás por qué soy el poeta sin sueldo
dejado en la frontera con una lavativa.

TÓTUM REVOLÚTUM. Carlos Edmundo de Ory (la flauta prohibida)

Tótum revolútum


No soy más que un escobero
un guardajoyas cualquiera
un pisauvas un matón
No soy más que un angelote
Soy en esta tierra un pillo
de siete suelas un títere
un tiesto un encapuchado
un fresco que toma el fresco
Soy un doliente arlequín
y un guardagujas nocturno
un tonto de capirote
un maestrescuela excomulgado
Además soy ¡qué sé yo!
Un cachivache eterno
Un violín en la cocina
Un palillo en el desierto
Una vela encendida en una roca
Una regadera en el mar
¡Y un andaluz en un andén!

sábado, 30 de junio de 2007

Una novela por fragmentos: EL ASTRÁGALO de Albertine Sarrazin

Capítulo primero



..........El cielo se había alejado por lo menos diez metros.

..........Continuaba sentada, sin prisa. El choque debía haber roto las piedras, mi mano derecha palpaba unos cascotes. A medida que respiraba, el silencio iba atenuando la explosión de estrellas que, al caer, traqueteaban todavía en mi cabeza. Las aristas blancas de las piedras iluminaban débilmente la oscuridad: mi mano se separó del suelo, pasó al brazo izquierdo, subió hasta el hombro y bajó a través de las costillas hasta las caderas: nada. Estaba intacta, podía continuar.

..........Me levanté. Mi nariz fue bruscamente proyectada contra las zarzas y quedé tendida en forma de cruz: había olvidado examinar mis piernas. Atravesando la noche, voces sensatas y conocidas canturreaban:

..........-¡Cuidado, Anne, acabarás rompiéndote una pata!

.......... Me volví a sentar y comencé de nuevo a explorarme. Esta vez encontré, al nivel del tobillo, un extraño bulto que se hinchaba y latía bajos los dedos.
..........Cuando voy a la consulta, doctor, para intentar darme de baja, y le describo dolores imaginarios en sitios que considero inaccesibles; cuando tengo que subirles infusiones a la cama, hermanas, con mis pies de andarina modelo, yo que envidio sus indigestiones... Se acabó todo eso: ahora me van a cuidar, ustedes u otros, tengo la pata rota.
..........Alcé la vista hacia lo alto del muro donde toda esta gente quedaba durmiendo: ¡volé, queridas!. He volado, planeado y dado vueltas durante un segundo largo, bueno, un siglo. Y estoy aquí sentada, libre de los de ahí arriba, libre de vosotras.
..........Esta tarde todavía estaba atiborrada de atropina y me había inyectado bencina en los muslos. Rolande ya estaba libre y no tenía ningunas ganas de esperar hasta que volviese a buscarme: hacía lo imposible para que me enviasen al hospital donde sería más fácil sacar algo y los días se pulverizarían más rápidamente.
...........-¡Pero si está usted verde!- me dijo la celadora por la noche.
...........-he debido de rozarme con la pared- dije, sintiendo que mis mejillas se volvían cadavéricas y desarticulándome como para intentar ver la parte trasera de mi blusa. Precisamente estaban pintando las paredes del comedor, una pared amarilla, una pared azul, dos paredes verdes y los antepechos de las ventanas de color naranja para inventar el sol.
..........¡No, la que está verde es USTED! ¡Su cara! ¿No se encuentra bien?
...........Pero no he tenido tiempo de saborear la primera infusión. No bajaré la suave pendiente que está al otro lado de las murallas, detrás de la puerta. He preferido saltar. Sea como sea, estoy abajo, no muy lejos de la carretera. Tengo que llegar hasta allí, no quiero que me recojan a dos pasos del muro.
..........Todavía están lejos el sitio y la tarde en que volveré a ver a Rolande. Primero debo arrastrar hasta la carretera este bulto que no me deja andar... dos veces, tres veces, intento apoyar el pie: el rayo se despierta, me atraviesa la pierna.
..........Ya que los pies son inútiles, andaré con los codos y las rodillas. Me arrastro veinte metros, tropiezo con la maleza, vuelvo a las piedras, intentando orientarme.
..........Ha debido pasar otro siglo, no reconozco nada.

viernes, 22 de junio de 2007

PATTI SMITH -BABEL-



LINTERNA DE SALUD. (Traducción de Antonio Escohotado)

quiero que seas sano. quiero que proyectes la luz del buen cuidado. quiero sentir también todos los ritmos destructivos de tu cuerpo. quiero que tu tos se desintegre en sexo. quiero que me folles y me folles con la misma insistencia que te folla a ti tu tos. quiero traducir tu catarro en una risa y la risa en un gas y el gas en un chorro. quiero que lo repelas en el ozono. cataclismo montañas peligrosas. escala las rutas aéreas de los andes. quiero que te tumbes con la cara contra el suelo. que comas polvo y hagas el amor y nunca vuelvas a toser, para que podamos disfrutar de todas las regiones y cimas y recoger los restos de todo aquello que inflama en el saco de la mandíbula.


JUDITH REVISITADA (fragmentos) el cuarto de las señoras es devastado

i.
tu tribu. coche blanco.todo un espectro de blancos. más blanco que el caballero andante. sus perlas de matiné. el traje camisero de judex. el guante del mago. más blanco que la paloma en la mano todavía.

¿espíritu santo? no nena esto no es ningun símbolo es de verdad.vapor cristalizado polvo frío. esnifa ese chisme cerebral. pon tu lengua en mi boca. cuerpo y cerebro deletrean cocaína. velocidad y movimiento lento. interna luz de búsqueda. ¿o acaso he sido robada? meneársela en el retrete. perfecto trabajo con nieve.

cerebro eléctrico. halo peludo. mistol que escuece. yo rubia ahora. admiro espejo ¿qué es más pálido? servilleta de hilo. cortina de chiffon coco. la cama nupcial. leche de madre. sábana arrugada. extracción de dientes. marfil inmenso. echar a patadas mis sesos. gusano egipcio.

ii.

sudán el secreto real. minería y extracción vigiladas. cono de marfil. arma de cono. mujah. juju sacándome los dientes y las amígdalas blancas. átomos ideas alkimia sangre amor entre nosotros sirve propósito, permítaseme relax así como darle a ella confianza, operación amateur con manojo de pequeñas herramientas. novocaína administrada con hipodérmica minúscula.

iii.

sólo se mueven los labios. poema de amor llamamiento raíz de seda. romana arruinada/ anna magnani/ ascendió sobre tokio/ lame perla cultivada soy antigua soy asombrosa soy justamente de tu estilo. tu semilla tu dilema privado. mi estúpido dentista. hay saliva sobre mis dientes. no tienes miedo de que se enteren de lo nuestro. cómo nos metemos mano en el cobertizo. cómo te encanta que te meta el puño por el culo. quemas mis cartas confiesa. o están cerradas con llave en un cajón de alguna cómoda con tapa corrediza caja fuerte apartado postal cualquier parte con una lla-ave no te preocupes seguiré su rastro. yo detective. un investigador muy privado. husmea husmea cerebro de sabueso. tu arbusto necesita poda. tu boca necesita besar. beso de perro. te deseo tanto que me duele la mandíbula. tocar tu teta de rayón. en la boca abierta de tu corvette.

nena me siento tan loca. no con clase. no brillante. tanto que apenas puedo recordar la última frase. lo que estaba buscando. el momento antes. soñar despierto no tiene personajes de enredo sólo palabras. hiladas entre sí. no no sueltas. no estás escuchando. apretado denso como pulgarcito gargantilla de rinoceronte.
corrección: gargantilla de perlas.

...............................................................................................................................(...) continuará

poema de SALVADOR RODRIGO CUEVAS

ANATOMÍA DE UNA NÁUSEA

Por entre la lengua, los huesos
por entre los ojos,

los huesos por entre el cerebro
en el centro mismo del vómito, huesos

por entre el estómago, huesos macizos
por entre la piel

sujetando la hemorragia del ahogo
en el instante de la náusea misma, los huesos

duros, firmes, sólidos
testigos fríos de mil guerras, los huesos

por entre las tripas por entre los despojos
por entre la carne viva de los muertos,

huesos que asfixian,

Por entre la lengua, las mentiras
por entre los ojos

por entre los huesos, fracturados rotos
resquebrajados,

por entre los engaños los huesos
fragmentados descompuestos mutilados

huesos por entre la sangre derramada
partidos desgarrados divididos

quebrantados dañados destrozados
separados, los huesos

por entre la náusea de mi náusea
densa como un hueso

un absceso desde el interior del pecho
rezumando pus por las guerras comenzadas

jueves, 21 de junio de 2007

Poemas de LAURA SOREL BOLAÑO

DISTANCIA

¡Ay de mí!,
perdida en la lejanía de su mirada
donde habita un deseo desvanecido,
allá, arrinconada y pequeña
me hallo, en la tristeza de lo imposible,
en un silencio furtivo.
Busco en sus labios el sabor de los arándanos rojos
bálsamo febril y amargo de lo no sido,
de mañanas rotas en el suicidio amoroso
donde me apuntan palabras que aún no han llegado.
Ya noto el regusto a sangre en mi boca
la oscuridad rodeando mi cuerpo
diminuto desde esa distancia, y nada,
nada que amortigüe el golpe.
¡Ay, de mí!
ya noto el jazmín que perfuma las estancias vacías
y el olor de las horas terribles...

lunes, 18 de junio de 2007

Diarios de tabernas

.......I

F. lleva 37 años enfadado consigo mismo, pero él aún no lo sabe. 37 años haciendo exactamente lo mismo; 37 años en el mismo lugar. ¡Unos cuantos tiros y me los cargo a todos..!- se dice -
..........Nunca ha llegado tarde al trabajo; ni un imprevisto -la rutina tiene sus ventajas-, ni un sólo catarro ni la mujer han podido con él. -¡Aquí el mandamás sólo tiene ganado, yo solito estaría la mar de bien, aunque reviente!- se dice.
..........Ha servido desayunos a padres e hijos, durante 37 años, en la misma taberna, con propietarios distintos; pegadito a la cafetera como una carrera de relevos. Ya sabe como le gusta a Carmen, la farmacéutica; corto de café con leche hirviendo y barrita de pan con aceite. Y el de Matías, con sacarina, a quien la diabetes hace dos años le dio un buen susto; y el de Fermín y Rosa que se reconciliaron el año pasado tras "tener una muy gorda..." F. se lo sabe todo; lo que les gusta. Cada uno de ellos se reconocen en los mismos rituales, en las mismas rutinas, en las mismas horas del día . Le aprecian como a uno más de la familia. Se los ha ganado uno a uno.
..........F. ha aprendido a anticiparse (¡niña, prepara un cortado con suizo para el mariquita!) antes de que hayan terminado de bajar la escalera; lo realmente importante lo dejó atrás, ya quedó muy lejano.
..........Hoy F. está muy enfadado, con el sabor todavía amargo del despertar de todos los días. -¡ Desde las 6 de la mañana haciendo tortillas para tirarlas , estos cabrones me han dejado las patatas podridas! -se dice- ¡ si sabré yo que este amargor es de llevar seis días guardaditas para que yo las utilice, cabrones! , ¡ qué no me cuenten cuentos chinos, ... a mí , que llevo 37 años...!
..........¡Unos cuantos tiros y me los cargo a todos! -me dice-

...............................................................................................................Lourdes Sánchez Benítez

domingo, 17 de junio de 2007

Anécdota del día

Tras largo rato de mirar la nevera y comprobar lo que mi estado famélico ya sabía, he decidido bajar a la calle a por un gran bocata. De camino al bar he llamado a Chago por teléfono (lleva ya dos semanas en Santiago y le echo de menos). No sé qué cara he puesto después de hablar con él, que, un hombre que se cruzaba en el camino, con voz alta, me ha soltado: ¡Una mujer feliz..., da gusto encontrar una sonrisa como esa por la calle!. No era consciente de que iba alegre y sonriendo, y me he sentido feliz sabiendo que soy feliz -en algunos momentos-.

GÜNTER GRASS: Mi siglo.


Aquí os ofrezco el primer capítulo del libro de Günter Grass - Mi siglo- para que se os vaya haciendo la boca agua. El texto lo he recogido de la edición de Alfaguara y quien lo traduce es Miguel Sáenz. Un libro para deglutir: ¡buen provecho!


1900
..........Yo, intercambiado conmigo, estuve presente año tras año. No siempre en primera línea, porque, como allí había guerra todo el tiempo, nos gustaba quedarnos en retaguardia. Al principio,sin embargo, cuando fuimos contra los chinos y nuestro batallón desfiló por Bremerhaven, yo iba en cabeza,en la columna de en medio. Voluntarios eran casi todos, pero de Straubing me había presentado yo sólo, aunque estaba prometido con Resi, mi Therese, desde hacía poco.
..........Con vistas al embarque, teníamos a la espalda el oficio de ultramar de la Lloyd de la Alemania del Norte y el sol en los ojos. Ante nosotros, sobre un alto estrado, el Káiser habló, fráncamente intrépido, por encima de nuestras cabezas. Contra el sol sólo nos protegían unos sombreros nuevos de ala ancha llamados "Suroccidentales". Estábamos guapísimos. El Káiser, sin embargo, llevaba un casco especial, con el águila resplandeciente sobre fondo azul. Habló de grandes tareas, del enemigo cruel. Su discurso arrebataba. Dijo: "Cuando lleguéis, sabed que no habrá cuartel, que no se harán prisioneros..." Luego habló de Eztel, Atila, y de sus hordas de hunos. Elogió a los hunos, aunque causaron estragos bastante horribles. Por eso los socialdemócratas publicaron luego insolentes "cartas de hunos", calumniando al Káiser deplorablemente por su discurso. Al concluir, nos dio una consigna para China: "¡Abrid para siempre el camino a la cultura!". Nosotros lanzamos tres hurras.
..........Para mí,que vengo de la Baja Baviera, aquella larga travesía fue espantosa. Cuando por fin llegamos a Tientsin, todos estaban allí: británicos, americanos, rusos, hasta japoneses auténticos y contigentes reducidos de países pequeños. Los británicos eran en realidad indios. Nosotros éramos pocos al principio, pero por suerte disponíamos de los nuevos cañones de tiro rápido de Krupp. Y los americanos probaron sus ametralladoras Maxim, un verdadero engendro del diablo. Así que Pequín fue rápidamente tomado por asalto. Porque cuando nuestra compañía entró, todo parecía haber terminado ya, lo que era de lamentar. Sin embargo, algunos boxers no paraban. Los llamaban así porque, a escondidas, eran de una sociedad, los Tatauhuei, en nuestro idioma "los que luchan con los puños". Por eso hablaron, primero los ingleses y luego todo el mundo, de la rebelión de los boxers, de los boxeadores. Los boxers odiaban a los extranjeros porque los extranjeros vendían a los chinos toda clase de cosas: los británicos, sobre todo, opio. Y así ocurrió lo que había mandado el Káiser: no se hicieron prisioneros.
..........Por razones de orden, habían reunido a los boxers en la plaza de Chienmen, delante mismo del muro que separa la ciudad manchú de la parte habitual de Pequín. Tenían las cosas atadas entre sí, lo que hacía un efecto cómico. Entonces los fueron fusilando en grupos o decapitando uno a uno. Sin embargo, de la parte horrible no escribí a mi novia ni pío, sólo de los huevos de cien años y los dumplings al vapor al estilo chino. Los británicos y nosotros, los alemanes, preferíamos acabar pronto con el fusil, mientras que los japoneses, en las decapitaciones, seguían su tradición venerable. Sin embargo, los boxers preferían que los fusilaran, porque tenían miedo de andar luego en el Infierno con la cabeza bajo el brazo. Por lo demás, no tenían miedo. Vi a uno que, antes de que lo fusilaran, se estaba comiendo glotonamente un pastelillo de arroz empapado en almíbar.
..........En la plaza de Chienmen soplaba un viento que venía del desierto y levantaba sin cesar nubes de polvo amarillas. Todo era amarillo, también nosotros. Se lo escribí a mi novia y metí un poco de arena del desierto en el sobre. Sin embargo, como los verdugos japoneses cortaban la coleta a los boxers, que eran mozos muy jóvenes,como nosotros,para poder dar el tajo limpio, a menudo había en la plaza un montoncito de coletas chinas. Me llevé una y la envié a casa como recuerdo. De vuelta a la patria, me la ponía en Carnavales, con regocijo general, hasta que mi novia quemó el souvenir, "Esas cosas traen fantasmas a casa", dijo Resi dos días antes de nuestra boda.
..........Pero eso es ya otra historia.

sábado, 16 de junio de 2007

Citas de GROUCHO MARX


- Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un yate pequeño, una pequeña mansión, una pequeña fortuna

- Nunca olvido una cara pero con usted voy a hacer una excepción.

- ¿Servicio de habitaciones? Mándeme una habitación más grande.

- Soy tan viejo que recuerdo a Doris Day antes de que fuera virgen.

- ¡Hasta un niño de 5 años lo entendería! ¡Rápido, busque a un niño de 5 años!.

- En las fiestas no te sientes jamás; puede sentarse a tu lado alguien que no te guste.

- ¡Parad el mundo que me bajo!

- ¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?

- La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música.

- Inteligencia militar son dos términos incompatibles.

Diálogo de Groucho



"'Groucho (Maestro): ¡A ver, usted! -señalando al alumno Harpo- ¿Qué forma tiene el mundo?
Harpo (Patsy): No sé.
Maestro: Bueno. ¿Qué forma tienen mis gemelos?
Patsy: Cuadrada.
Maestro: No mis gemelos de diario; los que llevo los domingos.
Patsy: Oh. Redonda.
Maestro: Muy bien, entonces ¿qué forma tiene el mundo?
Patsy: Cuadrada los días de diario y redonda los domingos.'
(Obra de teatro de los inicios de los Marx. 'El Instituto' - 1911")

jueves, 14 de junio de 2007

LAURA SOREL BOLAÑO.

Laura Sorel nace en Cádiz (España) en 1968. Hija de una familia acomodada andaluza, se traslada a Madrid en 1988 para cursar estudios de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid (Campus de Somosaguas). Aquí conoce a Ricardo Ayala y Susana Cortés Peña con los que colabora en los guiones de dos cortometrajes de ficción, ("La otra ventanilla", y "No me recetes más Prozac") y un corto documental (" mujeres en Palestina: el segundo muro"). En 1997 fundan el grupo cultural " Mala Baba" al que se unirán otros escritores y artistas como Carlos Padilla Méndez (poeta), Adriana Roca García (cantautora), Rafael Torres Mirón (arquitecto), Elsa Redondo Muñoz (ilustradora), entre otros. Con una energía interminable, tras colaborar en numerosos proyectos, se traslada a Roma donde reside actualmente. Allí escribe dos libros de poemas, entre el 2004-05.

Para la semana que viene os propongo en este blog un poema de esta poetisa bastante desconocida, que, a pesar de su incesante labor cultural, apenas ha sido publicada

miércoles, 13 de junio de 2007

UNA SOMBRA QUE CAE (poema de Salvador Rodrigo Cuevas)





Verticales. Horizontales

- obstáculos de ciudad para adaptar la ceguera-

Los terruños apiñados en las manos rotas , rejas





....................................en las ventanas,


....................................para las celdas

................................... En vertical,


................................... líneas que oscurecen los ojos presos



.................................. Todo hacia arriba para pensar que hay,

.................................. cielo: decorado de negocios elevados


.................................. entramado de rutinas cual Virus, aduanas


...................................en las banderas


..................................para los caminos

..................................En horizontal,


..................................líneas que oscurecen los ojos ya enfermos


.................................Todo extendido para pensar que hay,

..................................horizonte: un mojón para cada redil


..................................tejido atrofiado donde pasta el agobio


..................................en las esperas


..................................para los nichos


................................¡Ay, y a través de esas ventanas...!

...................................................................................el miedo


................................los cuellos rotos entre miradas de soslayo,

................................los sueños olvidados en bocas dormidas.

................................Amores de tungsteno, de carbono, de neón

............................... ilusiones del Citalopram ; las vidas servidas


................................en píldoras,


............................... prisiones, sudor sin hambre


................................hambre sin tregua


................................¡muévete!


.......................................................¡deprisa deprisa deprisa!


En horizontal


...........Reposo estéril en una sombra que cae
.................................................................en vertical


............................................................................tapando la luz...




- S. Rodrigo Cuevas nace en Sonora (México) en 1969, donde cursa estudios de Biología. En 1998 se traslada a Bruxelas junto con sus dos amigos Carlos Pinilla Escudero (poeta chileno) y Fermín Lacosta García (pintor mexicano). Allí fundan la revista literaria "Le soleil obscur" (EL sol oscuro) donde publica algunos de sus relatos más conocidos: "Monocordes", "La libertad me hace cosquillas" y " A la espera". En el 2001 cae en una depresión profunda a causa de lo que llaman "el mal del país" que le tiene retirado de la literatura durante 4 años. Tras la convalecencia vuelve a escribir algunos poemas y varios artículos sobre los movimientos migratorios a Europa.



UNE OMBRE QUI TOMBE

Verticaux. Horizontaux.


- des obstacles de ville pour adapter la cécité-


Des morceaux de terre entassés aux mains brisées, des grilles


dans les fenêtres,


pour les prisons.


Dans vertical


les lignes qui obscurcissent les yeux pris

Tout vers le haut pour penser que

le ciel existe: un décor d´affaires élevées

Un lattis de routines quel Virus, des douanes

dans les drapeaux

pour les chemins

Dans horizontal,

des lignes qui obscurcissent les yeux déjà malades

Tout étendu pour penser que

l´horizon existe: un borne pour chaque bercail

un tissu atrophié oú il paît l´accablement

dans l´attente

pour les niches

Ay, et à travers de ces fenêtres...!

............................................La peur

les cous cassés entre des regards en travers

les rêves oubliés dans des bouches endormies.

Les amours de tugstène, de carbone, de neón

Des illusions du Citalopram; les vies servies

dans des pilules,

des prisons, une sueur sans faim

une faim sans trève

bougez vous!

.............................................vite vite vite!

Dans horizontal

........un repos stéril dans une ombre qui tombe

................................................................dans vertical.

...................................................................... en cachant la lumière





Poemas -Constantino Cavafis-

"ITACA "

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
no temas a los Lestrigones ni a los Cíclopes,
ni al colérico posidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante tí.
Pide que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos antes nunca vistos.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nacar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes voluptuosos,
cuantos más abundantes perfumes voluptuosos puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu pensamiento.
Tu llegada allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguardar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.


"

Poemas - Constantino Cavafis -

"CUANTO PUEDAS"

Y si no puedes hacer tu vida como la quieres,
en esto esfuérzate al menos
cuanto puedas: no la envilezcas
en el contacto excesivo con la gente,
en demasiados trajines y conversaciones.
No la envilezcas llevándola,
trayéndola a menudo y exponiéndola
a la torpeza cotidiana
de las compañías y las relaciones,
hasta que llegue a ser pesada como una extraña."

Poemas - Constantino Cavafis -

"MONOTONÍA"

A un día monótono otro
monótono, invariable sigue: Pasarán
las mismas cosas, volverán a pasar -
los mismos instantes nos hallan y nos dejan.
Un mes pasa y trae otro mes.
Lo que viene uno fácilmente lo adivina:
son aquellas mismas cosas fastidiosas de ayer.
Y llega el mañana ya a no parecer mañana."

martes, 12 de junio de 2007

FERNANDO PESSOA; "Todas las cartas de amor son rídiculas"


Todas las cartas de amor son
ridículas
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas

También escribía en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas

Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas

Quién me diera en el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas

La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son ridículos

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículos)



..........................................................................FERNANDO PESSOA

CESARE PAVESE. " Vendrá la muerte y tendrá tus ojos"


Vendrá la muerte y tendrá tus ojos-
esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo. Tus ojos
serán una palabra vana,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando te inclinas sola ante el espejo.
¡Oh querida esperanza,
también nosotros aquel día
sabremos que eres la vida y la nada!
La muerte tiene una mirada para todos.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como ver que emerge de nuevo
un rostro muerto en el espejo,
como escuchar un labio cerrado.
Descenderemos al remolino, mudos.

........................(traducción de Carles José i Solsora)



- "Para vivir, se precisa coraje." ( C. Pavese).

- " Y, por la noche, las lágrimas y los mordiscos a la
almohada
me dejaron un regusto de sangre en la boca."
....................................................................................( C. Pavese, versos extraídos del poema " El niño que había en mi" )




Verrà la morte e aurà i tuoi occhi-
questa morte che ci accompagna
dal mattino alla sera, insonne,
Sorda, come un vecchio rimorso
o un vizio assurdo. I tuoi occhi
saranno una vana parola,
un grido taciuto, un silenzio.
Cosi li vedi ogni mattina
quando su tesola ti pieghi
nello specchio. O cara speranza,
quel giorno sapremo anche noi
che sei la vita e sei il nulla
Per tutti la morte ha uno sguardado.
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi.
Sarà come smettere un vizio,
come vedere nello specchio
riemergere un viso morto,
como ascottare un labbro chiuso
Scenderemo nel gorgo muti.
..................................................................( C. Pavese)

domingo, 10 de junio de 2007

OPINIONES


F.M. es un escritor que preserva su imagen y su nombre porque no quiere "intervenir en la realidad"; entonces ¿para qué escribir?, ¿qué tipo de escritor no quiere intervenir en la realidad?. Otra cosa muy distinta es negar la realidad (como hicieran los existencialistas) o ignorarla (como la generación beat).
F.M., sin embargo, acude a programas de radio, de televisión (oculto en la penumbra), publica sus libros en editoriales grandes... Esta contradicción de la visibilidad en el ocultamiento me parece una impostura, o es ¿cobardía?. Un escritor debe responsabilizarse de aquello que escribe; en definitiva, "dar la cara". Creo que son estrategias de marketing; fórmulas para hacer que hablen de uno, crear un interés previo hacia el escritor que no hace que su literatura sea más interesante; pretender no "intervenir en la realidad" me parece una falacia.
Muchos de los escritores más conocidos no son reconocidos por la calle por la mayoría de la gente. Los rostros famosos salen de programas de telebasura, de series de t.v, de concursos...
Cómo le dijo Marta Rivera de la Cruz "no debería tomarse tantas molestias".... a no ser que ello le reporte un beneficio; y creo que esto es lo que ocurre. ¡Enhorabuena!, se empieza a hablar de F. M. y no de lo que escribe. La estrategia funciona.


Lourdes Sánchez Benítez

domingo, 18 de marzo de 2007

UN RELATO DE GUY DE MAUPASSANT


El relato que aquí os propongo está extraído de una antología de textos titulada Suicidas, editada por Opera Prima. El prólogo de Benjamín Prado es muy interesante.

LA DORMILONA

El Sena se extendía delante de mi casa, sin una onda, y barnizado por el sol de la mañana. Era una hermosa, ancha, lenta, larga corriente de plata, teñida de púrpura en algunos lugares; y al otro lado del río, grandes árboles alineados desplegaban sobre toda la ribera una inmensa muralla de verdor.
La sensación de la vida que empieza de nuevo cada día, de la vida fresca, alegre, amorosa, temblaba en las hojas, palpitaba en el aire, reverberaba en el agua.
Me entregaron los periódicos que el cartero acababa de traer y me dirigí a la orilla, con pasos tranquilos, para leerlos.
En el primero que abrí vi estas palabras: "Estadísticas de suicidios" y me enteré de que, este año, más de ocho mil quinientos seres humanos se han suicidado.
Instantáneamente, ¡los ví! Vi esa carnicería, repugnante y voluntaria, de los desesperados hartos de vivir. Vi gente que sangraba, con la mandíbula destrozada, el cráneo partido, el pecho agujereado por una bala, agonizando lentamente, solos en un cuartito de hotel, y sin pensar en su herida, pensando siempre en su desgracia.
Vi otros, con la garganta abierta o el vientre rajado, teniendo aún en sus manos el cuchillo de cocina o la navaja de afeitar.
Vi otros sentados ora delante de un vaso donde empapaban fósforos, ora ante un frasquito que llevaba una etiqueta roja.
Miraban aquello de hito en hito, sin moverse; después bebían, después esperaban; luego una mueca pasaba por sus mejillas, crispaba sus labios; el espanto extraviaba sus ojos, pues no sabían que se sufría tanto antes del final.
Se levantaban, se detenían, caían y, las dos manos sobre el vientre, sentían sus órganos quemados, sus entrañas roídas por el fuego del líquido, antes de que su pensamiento estuviera levemente oscurecido.
Vi otros colgados de un clavo de la pared, de la falleba de la ventana, del gancho del cielorraso, de la viga del desván, de la rama de un árbol, bajo la lluvia de la noche. Y adivinaba todo lo que habían hecho antes de quedarse allí, con la lengua fuera, inmóviles. Adivinaba la angustia de su corazón, sus postreras vacilaciones, sus movimientos para atar la cuerda, comprobar que aguantaba pasársela por el cuello y dejarse caer.
Vi otros acostados en míseras camas, madres con sus hijitos, ancianos muertos de hambre, jóvenes destrozadas por penas de amor, todos rígidos, ahogados, asfixiados, mientras en el centro del cuarto humeaba aún el hornillo de carbón.
Y vislumbré a los que se paseaban de noche por los puentes desiertos. Eran los más siniestros. El agua fluía bajo los arcos con un blando ruido. No la veían, ¡la adivinaban aspirando su frío olor! Tenían ganas y tenían miedo. ¡ No se atrevían! Y, sin embargo, era preciso. Daban las horas a lo lejos en algún campanario, y de pronto, por el dilatado silencio de las tinieblas cruzaban pronto ahogados, el ruido de un cuerpo cayendo al río, unos gritos, el chapoteo de un agua agitada con las manos. A veces era sólo el paf de la caída, cuando se habían atado los brazos o sujetado una piedra a los pies. ¡Oh! ¡Pobre gente, pobre gente, pobre gente, cómo he sentido sus angustias, cómo he muerto con su muerte! Pasé por todas sus miserias; sufrí, en una hora, todas sus torturas. Supe todos los pesares que los llevaron a eso; pues siento la engañosa infamia de la vida, como nadie, más que yo, la haya sentido.
Cómo he comprendido a aquellos que, débiles, acosados por la mala suerte, habiendo perdido a los seres queridos, despertados del sueño de una recompensa tardía, de la ilusión de otra existencia donde Dios por fin sería justo, tras haber sido feroz, y desengañados de los espejismos de la felicidad, se han hartado y quieren acabar con este drama sin tregua o con esta vergonzosa comedia.
¡El suicidio! Pero ¡si es la fuerza de quienes ya no tienen nada, es la esperanza de quienes ya no creen, es el sublime valor de los vencidos! Sí, hay una puerta por lo menos en esta vida, siempre podemos abrirla y pasar al otro lado. La naturaleza ha tenido un movimiento de piedad; no nos ha aprisionado. ¡Gracias en nombre de los desesperados!
En cuanto a los simples desengañados, que sigan su camino con alma libre y corazón tranquilo. No tienen nada que temer, puesto que pueden irse; puesto que a sus espaldas está siempre esa puerta que los dioses soñados no pueden ni siquiera cerrar.
Meditaba yo sobre es muchedumbre de muertos voluntarios: más de ocho mil quinientos en un año. Y me parecía que se habían reunido para lanzar al mundo una plegaria, para gritar un voto, para pedir algo, realizable más adelante, cuando se comprenda mejor. Me parecía que todos esos ajusticiados, esos degollados, esos envenenados, esos ahorcados, esos asfixiados, esos ahogados, avanzaban, horda espantosa, como ciudadanos que votan, para decirle a la sociedad: "¡Concedednos al menos una muerte dulce! ¡Ayudadnos a morir, vosotros que no ayudasteis a vivir! Ya veis, somos numerosos, tenemos derecho a hablar en estos días de libertad, de independencia filosófica y de sufragio popular. Dadles a quienes renuncian a vivir la limosna de una muerte que no sea repugnante ni espantosa".
Empecé a soñar despierto, dejando vagabundear mi pensamiento sobre el tema en ensoñaciones extravagantes y misteriosas.
Me creí, en cierto momento, en una hermosa ciudad. Era París; pero ¿en qué época? Caminaba por las calles, mirando las casas, los teatros,los establecimientos públicos, y he aquí que, en una plaza, vi un gran edificio, muy elegante, coquetón y bonito.
Me quedé sorprendido, pues en la fachada se leía, en letras de oro: "Institución de la muerte voluntaria".
¡Oh! ¡Singularidad de los sueños despiertos, en los que el espíritu echa a volar por un mundo irreal y posible! Nada en ellos asombra; nada choca, y la fantasía desenfrenada ya no distingue entre lo cómico y lo lúgubre.
Me acerqué al edificio, donde unos lacayos de calzón corto estaban sentados en un vestíbulo, delante de un guardarropa, como a la entrada de un club.
Entré sólo por ver. Uno de ellos, levantándose, me dijo:
- ¿Qué desea el señor?
- Deseo saber qué es este lugar.
- ¿Nada más?
- Claro que no.
- Entonces, ¿desea el señor que lo lleve a ver al secretario de la institución?
Yo dudaba. Interrogué aún:
- ¿No le molestaría?
- Oh, no, señor, está aquí para recibir a las personas que quieren informarse.
- Entonces, le sigo.
Me hizo atravesar unos corredores donde charlaban unos ancianos; después me introdujo en un hermoso despacho, un poco oscuro, amueblado todo con madera negra. Un joven, grueso, panzudo, escribía una carta fumando un cigarro cuyo aroma me reveló su calidad superior.
Se levantó, nos saludamos, y cuando el lacayo se marchó preguntó:
- ¿En qué puede servirle?
- Caballero -le respondí- disculpe mi indiscreción. Nunca había visto este establecimiento. Las pocas palabras inscritas en la fachada me han sorprendido mucho; y desearía saber qué se hace en él.
Sonrió antes de responder, y después, a media voz, con aire de satisfacción:
-¡Dios mío! Señor, se mata con limpieza y suavidad, me atrevería a decir que agradablemente, a la gente que desea morir.
No me sentí muy emocionado, pues aquello me pareció a fin de cuentas justo y natural. Me asombraba sobre todo que alguien hubiera podido, en este planeta de ideas bajas, utilitarias, humanitarias, egoístas y coercitivas de toda libertad real, atreverse a semejante empresa, digna de una humanidad emancipada.
Proseguí:
-¿Cómo han llegado ustedes a esto?
Respondió:
-Señor, la cifra de suicidios aumentó tanto durante los cinco años que siguieron a la Exposición Universal de 1889, que resultaba urgente adoptar medidas. La gente se mataba en las calles, en las fiestas, en los restaurantes, en el teatro, en los trenes, en las recepciones del presidente de la República, por doquier. No sólo era un feo espectáculo para los que prefieren vivir, como yo, sino también un mal ejemplo para los niños. Y entonces fue preciso centralizar los suicidios.
-¿ A qué se debía esa recrudescencia?
-No lo sé. En el fondo, creo que el mundo envejece. Se empieza a ver eso con claridad, pero nadie se resigna a gusto. Ocurre hoy con el destino como con el gobierno, se sabe lo que es; se comprueba que todo es una estafa, y uno se marcha. Cuando se ha reconocido que la providencia miente, engaña, roba, defrauda a los humanos como un simple diputado a sus electores, la gente se enfada, y como no se puede elegir otra cada tres meses, al igual que hacemos con nuestros representantes concesionarios, se abandona el lugar, que es decididamente malo.
-¡Verdaderamente!
-¡Oh! Lo que es yo, no me quejo
-¿Quiere usted decirme cómo funciona la institución?
-Con mucho gusto. por lo demás, puede usted participar en ella cuanto le plazca. Es un club.
-¡¡Un club!!...
-Sí, señor, fundado por los hombres más eminentes del país, por los mejores espíritus y las más claras inteligencias.
Y agregó, riéndose de todo corazón:
-Y le juro que es muy agradable.
-¿Esto?
-Sí, esto.
-Me asombra usted.
-¡Dios mío! Es agradable porque los miembros del club no tienen miedo a la muerte, que es la que echa a perder todas las alegrías de este mundo.
-Pero, entonces, ¿por qué son miembros del club, si no se matan?
-Se puede ser miembro del club sin contraer por ello la obligación de matarse.
-¿Y, entonces?
-Me explico. Ante el número desmesuradamente creciente de los suicidios, ante los repelentes espectáculos que nos brindaban, se constituyó una sociedad de pura beneficencia, protectora de los deseperados, que puso a su disposición una muerte tranquila e insensible, ya que no imprevista.
-¿Quién ha podido autorizar semejante institución?
-El general Boulanger, durante su breve paso por el poder. No sabía negar nada. Así pues, se constituyó una sociedad de hombres clarividentes, desengañados, escépticos, que quisieron erigir en pleno París una especie de templo del desprecio a la muerte. Al principio, esta casa fue un lugar temido, al que nadie se acercaba. Entonces los fundadores, que se reunían en ella, dieron una gran fiesta de inauguración con Sarah Bernhardt, Judic,Theó,Granier y veinte damas más; y con los señores de Reszké, Coquelin, Mounet-Sully, Palaus, etc; y después conciertos, comedias de Dumas, de Meilhac, de D´Halévy, de Sardou. No tuvimos más que un fracaso, una pieza de Becque, que pareció triste, pero que a continuación obtuvo un resonante éxito en la comedia francesa. En fin, vino todo París. El asunto estaba lanzado.
-¡En medio de fiestas! ¡Qué broma más macabra!
-En absoluto. No es preciso que la muerte sea triste, es preciso que sea indiferente. Hemos alegrado la muerte, la hemos cubierto de flores, la hemos perfumado, la hemos hecho fácil. Se aprende a socorrer por ejemplo; se puede ver, porque no es nada.
-Comprendo muy bien que hayan venido a las fiestas pero, ¿han venido por... Ella?
-No de inmediato, desconfiaban.
-¿Y más adelante?
-Vinieron.
-¿Muchos?
-En masa.Tenemos más de cuarenta al día. Casi no se encuentran ya ahogados en el Sena.
-¿Quién empezó?
-Un miembro del club.
-¿Un abnegado?
-No lo creo. Un aburrido, un arruinado en el juego, que había sufrido enormes pérdidas en la bacarrá durante tres meses.
-¿De veras?
-El segundo fue un inglès, un excéntrico. Entonces, pusimos anuncios en los periódicos, contamos nuestros procedimientos, inventamos muertes capaces de atraer. Pero el gran impulso nos lo dio la gente pobre.
-¿Cómo proceden ustedes?
-¿Quiere visitarlo? Se lo explicaré al mismo tiempo.
-Claro que sí.
Cogió el sombrero, abrió la puerta, me hizo salir para entrar después en una sala de juego donde unos hombres jugaban como se juega en todos los garitos. Cruzó a continuación diversos salones. En ellos la gente charlaba con viveza, con alegría. Raras veces había visto un club tan vivo, tan animado, tan riente.
-Como yo me extrañaba, el secretario prosiguió:
-¡Oh! La institución está de moda. Toda la gente elegante del universo entero forma parte de ella, para aparentar que desprecia la muerte. Después, una vez que están aquí, se creen obligados a mostrarse alegres para no parecer asustados. Entonces bromean, ríen, se burlan, alardean de ingenio y aprenden a tenerlo. Ciertamente es hoy en día el lugar más frecuentado y más divertido de París. Las mismas mujeres se ocupan, en este momento, de crear un anexo para ellas.
-Y, a pesar de eso, ¿tienen ustedes muchos suicidios en la casa?
-Como le he dicho, unos cuarenta o cincuenta diarios. Son escasas las personas ricas, pero abundan los pobres diablos. También la clase media da muchos.
-Y... ¿cómo se hace?
-Asfixiamos... muy suavemente.
-¿Por qué procedimiento?
-Un gas de nuestra invención. Lo hemos patentado. Al otro lado del edificio, están las puertas del público. Tres puertas que dan a tres callejas. Cuando un hombre o una mujer se presenta, empezamos a interrogarlo; después se le ofrece un socorro, una ayuda, protecciones. Si el cliente acepta, se hace una investigación y con frecuencia lo salvamos.
-¿De dónde sacan el dinero?
-Tenemos mucho. Las cotizaciones de los miembros son muy elevadas. Y además resulta de buen tono hacer donativos a la institución. Los nombres de todos los donantes se publican en Le Figaro. Ahora bien, todo suicidio de un hombre rico cuesta mil francos. Y mueren con afectación. Los de los pobres son gratuitos.
-¿Cómo reconocen ustedes a los pobres?
-¡Oh! ¡Oh! ¡Se los adivina, señor! Y además tienen que traer un certificado de indigencia del comisario de policía de su barrio. ¡Si supiera usted qué siniestra es su entrada! Visité sólo una vez esa parte del establecimiento, y no volveré jamás. Como local, está bien como éste, igual de rico y de cómodo; pero ellos... ¡Ellos! ¡Si los viera usted llegar, a los viejos andrajosos que acuden a morir; gente que revienta de miseria desde hace meses, alimentada en un rincón de la calle como los perros; mujeres harapientas, demacradas, que están enfermas, paralíticas, incapaces de ganarse la vida y que nos dicen, tras haber contado su caso: "Ya ven ustedes que esto no puede continuar, ya que no puedo hacer nada, ni ganar nada."
He visto llegar a una de ochenta y siete años, que había perdido a todos sus hijos, y a sus nietos, y que, desde hacía seis semanas, dormía en el raso. Me puse enfermo de emoción. Además, tenemos muchos casos diferentes, sin contar la gente que no dice nada y se limita a preguntar: ¿Dónde es? A esos se les haceentrar, y se acaba enseguida.
Yo repetía, con el corazón encogido:
-Y... ¿dónde es?
-Aquí.
Abrió una puerta, agregando:
-Entre, es la parte especialmente reservada a los miembros del club, y la que funciona menos. Aún no hemos tenido más que once aniquilaciones.
-¡Ah! Le llaman ustedes una... aniquilación.
-Sí, señor. Entre.
Vacilaba. Por fin entré. Era una deliciosa galería, una especie de invernadero, que unas vidrieras de azul pálido, de un rosa tierno, de un verde suave, rodeaban poéticamente de paisajes de tapicería. Había en aquel bonito salón unos divanes, espléndidas palmeras, flores rosas sobre todo, embalsamadoras, libros en las mesas, la Revue des Deux Mondes, cigarros en cajas de la Tabacalera, y, lo que más me sorprendió, pastillas deVichy en una bombonera.
Como yo me asombraba, mi guía me dijo:
-¡Oh! Con frecuencia vienen a charlar aquí.
Y prosiguió:
-Las salas del público son parecidas, aunque amuebladas con más sencillez.
Pregunté:
-¿Y cómo operan ustedes?
Señaló con el dedo una tumbona, cubierta de crespón de China de color crema, con encajes blancos, bajo un gran arbusto desconocido, al pie del cual corría un arriate de reseda.
El secretario agregó en voz más baja:
-Se cambia a capricho la flor y el perfume, pues nuestro gas, totalmente imperceptible, da a la muerte el olor de la flor que más agrada. Se le volatiliza con esencias. ¿Quiere usted que se lo haga aspirar sólo un segundo?
-Gracias-le dije vivamente-, todavía no...
Se echó a reir.
-¡Oh! No hay el menor peligro, caballero. Yo mismo lo he comprobado varias veces.
Tuve miedo de parecerle un cobarde. Proseguí:
-Está bien.
-Tiéndase en la Dormilona.
Algo inquieto, me senté en la tumbona de crespón de China, después me estiré, y casi al instante me vi envuelto por un delicioso olor a reseda. Abrí la boca para sorberlo mejor, pues mi alma se había amodorrado, olvidaba, saboreaba, con el primer trastorno de la asfixia la embrujadora embriaguez de un opio encantador y fulminante.
me sacudieron del brazo.
-¡Oh, oh, señor! -decía riendo el secretario-, me parece que se deja usted convencer.
Pero una voz, una voz de verdad, y no la de los ensueños, me saludaba con acento campesino:
-Buenos días, señor. ¿Qué tal?
Mi sueño echó a volar. Vi el Sena claro bajo el sol y, llegando por un sendero, el guarda rural del pueblo, que se llevaba la mano derecha al quepis negro galoneado de plata.
Respondí:
-Hola, Marinel. ¿Adónde va usted?
-Voy a reconocer a un ahogado que han pescado cerca de los Morillons. Uno más que se ha dado un chapuzón. Y hasta se había quitado los pantalones para atarse las piernas con ellos.

(Guy de Maupassant -1850-1893) (extraído de Suicidas. Antología. Narrativa Opera Prima, mayo 2003)

martes, 13 de marzo de 2007

CANCIÓN LOW COST

Después del masaje y la manicura
te contaré mi programa de amor
Low Cost, Low Cost cariño
La casa con un salón de la hostia
el baño rojo bermellón
cariño, vacaciones en La Manga
y el amor en El Puño
Low Cost, Low Cost cariño
Dormiremos bajo una luna de Ikea
de aquí a Semana Santa
un nido de franela, cariño
Amor rápido Low Cost.
Volaremos juntos con easy jet
a Holanda, Londres y Pekín,
en el jardín un perro lindo
un Audi plateado en la cochera
¡estoy impaciente, cariño!
Después de Pilates
Amor Low Cost, Low Cost cariño.
Sí, amor, tendremos una casa
todos los sueños nos caben en el trastero.
Después del jacuzzi y la pedicura
te contaré mi programa de amor
Low Cost, Low Cost cariño
Los sueños todos nos caben en el trastero
Low Cost, Low Cost cariño
Low Cost.
(L. S. B.) (Lourdes S. Benítez)

domingo, 11 de marzo de 2007

OLVIDADA POR LA CIENCIA

Rosalind Franklin: (1920 - 1958).
Cuando iba al Instituto me contaron que el descubrimiento de la estructura del ADN fue uno de los acontecimientos más relevantes de la Ciencia del siglo pasado. En este maravilloso cuento de tesón, inteligencia y conocimiento surgían los nombres de James Watson y Francis Crick como los padres de la Genética. Por esta labor de investigación se merecieron el Novel de Medicina en 1962. Nunca oí hablar de Rosalind Franklin ni leí su nombre asociado a este descubrimiento en ninguno de los manuales que, en aquel entonces, debía estudiar y aprenderme como tomo de Biblia. Al fin y al cabo se trataba de Ciencia, y aquí no se especulaba como se hacía en Literatura o en Historia. Cada avance científico llevaba al lado su descubridor y los pasos que había seguido en su investigación. Muy incómodo hubiera sido encontrar que los pasos certeros de J.Watson y F. Crick fueron el robo. Rosalinde Franklin en 1953 escribió en sus cuadernos que la estructura del ADN era una doble hélice y tomó la primera radiografía donde se podía comprobar su hallazgo. Por cuestiones de poder y burocráticas, este trabajo llegó a manos de J.Watson y F. Crick que (sin contar con su descubridora) publicaron velozmente.
En 1958 moría Rosalinde Franklin de un cáncer de ovario, causado probablemente por la exposición repetida a Rayos X durante el transcurso de sus investigaciones. Cuatro años después Watson y Crick al recibir su Novel se olvidaron de mencionarla. Fue mucho más tarde, en entrevistas y biografías , que fueron admitiendo el peso que tuvo la madre de la Génetica.
En este blog he querido hacerle este pequeño homenaje .

CITAS

No tengo muy claro si un recuerdo es algo que tienes o es algo que has perdido. (Woody Allen).
A los pobres y a los vagabundos la desgracia los hace impersonales. (Djuna Barnes, El bosque de la noche).
Vivimos la abundancia... de la necesidad,. (L.S.B.). (Lourdes S. Benítez)

SALIDA AL PUERTO

El toque de los tambores, la tumbadera
el pulso de una plaza
el impulso arrebatado.
los niños,la laxitud ,el ritmo
de la tumbadera
la mujer de la pamela malva,
mujeres revolucionarias que juegan a ser hombres
las mujeres que juegan los hombres que juegan.
Los niños en la plaza
los chivatos que vigilan niños
el toque de un tambor...
Quince minutos para que el sol nos tape
el control de la luz en una tumbadera.
La plaza se levanta
el frio del silencio interrumpido
el vacío de la tumbadera´
El desasosiego
anterior a la plaza
fácilmentente disuelta al silencio del tambor
Hace frío.
Al final, Dios nos mea...

(L. S. B.) (Lourdes S. Benítez)

¡Que Bonito!



Lourdes Sánchez Benítez

dibujos

dibujos
Lourdes Sánchez Benítez. (perversión bíblica).

Foto de EVA SÁNCHEZ BENÍTEZ

Foto de EVA SÁNCHEZ BENÍTEZ

Lourdes Sánchez Benítez